¿Por qué este blog? ¿Por qué se han reunido siete personas para llevar a cabo un proyecto ilusionante pero realista y con propósito de continuidad?


Nuestros pueblos están llenos de gente que tiene inquietudes progresistas, ideales de izquierda, ganas de justicia social. En las parroquias hay personas que quisieran poder expresar su pensamiento sin temor. En las asociaciones de vecinos hay socios que prefieren pasar desapercibidos antes de levantar una voz discordante. Hay ciudadanos que temen a los alcaldes que deberían defenderles.


No estoy hablando de una república bananera, ni de tiempos pasados. No cuento historias de la posguerra, ni siquiera de los primero años de la democracia. No vivo en el País Vasco. Esto pasa hoy y aquí.


En los pueblos de Galicia la militancia política está penalizada, salvo que se tenga el carnet adecuado. No hacen falta complicados estudios sociológicos para conocer la causa de que el PSdeG tenga 15.000 militantes y el PP más de 40.000, aun con el apoyo que da tener un gobierno socialista en Madrid.


¿Es que los gallegos son mayoritariamente de derechas? Si es así... por qué esto no se refleja en un Parlamento en el que las fuerzas están igualadas entre un bando y otro?


No, la realidad no es la que se ve a simple vista, y sobre todo no es la que se percibe desde la ciudad. No conocemos aún la democracia, la libertad, el respeto. Se siguen reproduciendo comportamientos caciquiles, se siguen vendiendo los votos, se siguen “carretando” los votantes.


El significarse en contra del poder (es decir, de los verdaderos dueños de éste aunque en ocasiones aparezcan advenedizos que lo usurpen en nombre del ¿poder del pueblo?) representa una amenaza para el buen nombre, la posibilidad de encontrar trabajo, las obras mayores y menores y sus correspondientes licencias...


Lo peor es que todo esto sucede con el conocimiento y la aceptación de los vecinos. Les han hecho creer que la política consiste en eso. Todos igualmente corruptos y todos esperando a ser corrompidos. Es aceptable que se castigue al disidente. Así que si discrepas la mejor protección es estar callado.


Pues esto, señores, es la vida política en un pueblo si tienes la desgracia de no comulgar con tu alcalde. Los militantes socialistas de núcleos pequeños son pocos y poco activos, y no podrán cambiar esta tendencia si no cuentan con apoyo. Los medios del partido son limitados y no llegan a todos los sitios, y las personas menos aún.


Internet puede ser la herramienta que permita unir a todas esas personas que están o se sienten solas defendiendo sus ideas, sin barreras de tiempo ni espacio, sin exigencia de grandes conocimientos o inversiones. Se ha dicho que la auténtica democracia será la de la red, donde todos pueden aportar su trabajo sin limitaciones de clase, origen, recursos económicos o estudios.


Los especialistas pueden, y deben, colaborar con su experiencia y sus críticas. Pero los demás tenemos también que ayudar a construir la militancia en la red, para reflejarla después en nuestras agrupaciones y en la sociedad. Para que después de casi cuarenta años de democracia todos sepan por fin en qué consiste. Para darle el poder al pueblo.


Así que mi repuesta es ¿Por qué no?